Además de otras festividades que celebra la ciudad eterna cada año, tenemos la Fiesta de la Inmaculada Concepción, que tras varios años de pandemia ha vuelto a rendir homenaje a la imagen de María como nunca antes.
Esta fiesta tiene como fecha de celebración el 8 de diciembre de cada año en Plaza de España, Roma, donde muchos romanos y extranjeros aprecian el acto de veneración a la Virgen María.
También es conocida como Fiesta de la Señora de fuego debido al monumento que rinde homenaje.
Origen
El origen de la fiesta se da a partir de 1476 que fue establecida por el Papa Sixto IV, en lo que el Papa Pio IX, finalmente proclama solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción, sus palabras fueron:
“…declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles…”
Columna del Dogma de la Inmaculada Concepción
Se habla de una columna cuya base es de mármol, con dimensiones de 11.85 m de altura y 1.45 de diámetro.
Se encuentra situada frente a la Embajada de España en Roma.
Fue descubierta en el edificio donado por el Papa Pío VI en 1854, la cual extrajeron posteriormente en 1778. Finalmente, fue reutilizada tras 77 años junto al Palacio de Montecitorio, gracias al financiamiento de Fernando II, Rey de las Dos Sicilias.
Terminó siendo inaugurado el 8 de diciembre de 1857, con la ayuda de 220 bomberos dirigidos por Luigi Poletti.
Estatua de la Virgen María
Aquí es donde puede ser visible la estatua de bronce de la Virgen María Inmaculada.
Quién la realizó fue Giuseppe Obici. Esta fue colocada sobre la columna el 5 de agosto de 1857.
Resulta símbolo del renacimiento de la tierra, paz y pureza.
Homenaje anual de bomberos
De la misma forma, se realiza una deposición de flores a manera de honrar a las personas en sufrimiento sobre el monumento de la Virgen, organizado por los bomberos.
Más de 200 bomberos participaron de este homenaje. La cual se sigue manteniendo en tradición tras su origen en 1923. Cuya frase brindada es:
“Flammas domamus, donamus Corda ”
(“Detenemos los incendios, dando nuestros corazones”)
A modo de seguir la tradición religiosa, se realizan procesiones a las que el Papa suele acudir. También incluye momentos de oraciones, misas, grandes fuegos y exposición de comida típica, como el Panettone.